G: Como cualquier congreso, es un punto de encuentro entre investigación y también entre otras personas que trabajan en agroecología desde otro ámbito que no es la investigación pero que igualmente son importantes. Vienen personas de otras organizaciones a nivel estatal que están haciendo un trabajo muy relevante desde la distribución, consumo, asociacionismo…
Y en segundo lugar, se trata de poner en el foco de atención los sistemas agroalimentarios porque son el eje que vertebra la agroecología: qué comemos, dónde compramos, cómo se producen los alimentos, cómo nos afectan esos alimentos a la salud, a las diferentes brechas mencionadas… Es decir, poner de relevancia los sistemas agroalimentarios como eje vertebrador de la agroecología y de los trabajos que están alrededor de ella.
P: Y añadiría el enfoque de poner en la agenda política de las agroecologías la necesidad de generar sinergias entre los diferentes eslabones de la cadena. Es un tema que vemos desde hace un tiempo, en el que diversas experiencias basadas en la agroecología tienen un ciclo de vida, como dice Manuel González de Molina, de 5 o 6 años no consiguen mantener su estructura viva y, o no tienen apoyos o no consiguen reproducirse y decaen. Se trata de esa necesidad de generar sinergia entre eslabones que vayan construyendo cadenas completas y sistemas alimentarios completos aunque sea en lo pequeño, para ir escalando. De hecho, ahí también está la motivación de integrar todo en un Congreso. De un lado es un reto, pero por otro lado es una necesidad básica. Es decir, si no tienes una estructura de distribución organizada a nivel colectivo es difícil que las experiencias agroecológicas puedan funcionar a nivel autonómico. Y al revés también, si de repente tienes una fuerte demanda de un supermercado cooperativo, es difícil que puedan existir iniciativas agroecológicas que se correspondan. La necesidad de mirar hacia arriba y hacia abajo en toda la cadena es también lo que se quiere generar con este espacio.
G: Y por último, respecto a esto, subrayar esa necesidad de escalamiento de las diferentes experiencias agroecológicas, que hay muchas que están atomizadas y la necesidad de articularlas entre sí para escalar, para que tengan más alcance, para que sean más sostenibles a nivel económico y social y para que sean más reproducibles.