
Publicado en la Revista Ae edición 39, sobre Adaptación al Cambio Climático y Agroecología.

Para examinar la comercialización y sus retos actuales es imprescindible realizar un análisis de la situación presente pero también ver de dónde venimos. En este sentido, el punto de partida se podría situar a finales de los ochenta del siglo pasado cuando se gestó la primera regulación de la producción de los alimentos ecológicos que permitió diferenciarse como sector propio de la producción agraria ecológica (PAE) y hablar de un mercado de alimentos ecológicos. Y esto sin olvidarse de los actores, que podríamos llamar los pioneros, que lucharon por lograr justamente este reconocimiento dentro de un marco regulador.
Entonces el mercado del Estado español se caracterizó por una producción primaria orientada mayoritariamente al mercado exterior, impulsada por una demanda por producto ecológico mediterráneo desde el norte de Europa, y, muy pocas estructuras preparadas para la comercialización doméstica, así como poca actividad transformadora que dio lugar a la entrada creciente de productos ecológicos de fuera. Al principio, se recibió con agrado ya que permitía al consumidor disponer de una oferta certificada cada vez más amplia. Las dietéticas-herboristerías acogieron este surtido igual que las pocas tiendas ecológicas ya existentes con base cooperativa o empresarial. Para el mercado interior se fue desarrollando una estructura comercial paralela alternativa al sector convencional, algo costosa por el reducido volumen, implicando precios relativamente altos.
Al mismo tiempo, se desarrollaron también iniciativas más pequeñas, más cercanas al lado productor buscando una venta directa y/o canales cortos incluyendo asociaciones de consumidores. Las paradas de producto ecológico en los mercados o mercadillos ganaron más protagonismo, también en consonancia con la multitud de ferias promocionando la PAE y su consumo. La gran superficie no tardó en entrar, pero de forma tímida y sin una estrategia clara. Las cadenas de tiendas, buscando economías de escala, se implantaron, las ventas online no pararon de crecer, aprovechando las nuevas tecnologías, hubo muchas iniciativas de incorporar los alimentos ecológicos en los comedores escolares… En fin, todo un auge del sector, penetrando poco a poco en la sociedad, y con esto, la comercialización del sector PAE se volvió más diversa entre un enfoque más convencional/ capitalista y otro alternativo agroecológico.
Hacia el año 2015/2016 se dio un boom ecológico creando una autentica burbuja que se nutrió de muchas expectativas de crecimiento, coincidiendo con una coyuntura general de tipos de interés bajos abierta a invertir en nuevos sectores, así como un consumo alimentario con un estancamiento considerable. La gran mayoría de empresas de la gran distribución apostó en serio por los alimentos ecológicos, las empresas especializadas del sector PAE necesitaban capital para ampliar actividad y todo esto conllevó a una situación de cambios de propiedad de las empresas del sector y una cierta concentración (Salcedo, 2020). Sin embargo, al desinflarse la burbuja, se ha generado una situación de incertidumbre y desaceleración de ventas en muchas empresas del sector (Roig, 2019).
Situación Actual
En primer lugar, nos encontramos ante una situación de desequilibrios, que se está dando también en otros países del entorno. En concreto, hay crecimientos del consumo de productos ecológicos pero con una oferta desproporcionada, especialmente en producto elaborado. Al mismo tiempo, diversos productos no elaborados se están enfrentando a competencia por parte de países extracomunitarios, replicando la situación de debilidad del sector convencional con presión de precios en origen.
Revisando los últimos datos económicos disponibles (MAPA, 2019) se puede apreciar un consumo de alimentos ecológicos de 2.178 millones de euros el año 2018 – España se sitúa en el décimo puesto del ranking internacional (FIBL/IFOAM, 2020) – equivalente al 2,1% del gasto en alimentación con un gasto per cápita anual de 46,60 euros. La Tabla 1 resume los indicadores básicos y la Tabla 2 el peso de las categorías en las que el porcentaje de ecológico es más alto. Destaca el bajo consumo de alimentos ecológicos fuera del hogar (HORECA) que ocupa sólo una parte muy reducida en comparación con el consumo en el hogar. En cuanto a la distribución de las ventas minoristas por tipo de canal, el 2018 se muestra por primera vez el canal convencional con la mayor proporción (45%), seguido por el comercial especializado (38%) y “otros” con el 17%. Una reseña más de interés (Tabla 1) es que las importaciones (1.050 millones €) superan por primera vez las exportaciones (947 millones); es otra muestra de los cambios profundos que se están viviendo en el conjunto del sector.
Tendencias y Retos
No hay duda del crecimiento continuado del consumo de los productos ecológicos y parece obvio que la distribución moderna va aumentando su cuota de mercado en las ventas de producto certificado. Obviamente, este segmento de la comercialización queda condicionado por sus necesidades y dinámicas comerciales características y será difícil que convenza a un consumidor consciente que busca productos ecológicos de calidad y con compromiso medioambiental y social. Las cadenas especializadas están alcanzando cada vez más importancia, debido a sus economías de escala. No obstante, será muy importante que se diferencien de forma clara de la distribución convencional y mantengan y promuevan valores a través de una oferta seleccionada y que no caigan en las dinámicas comerciales debidas a las asimetrías de poder en la cadena comercial.
Las tiendas especializadas independientes son y tendrán que ser un espacio que permita transmitir los valores y las particularidades de los productos ecológicos con valor adicional, más allá de la normativa. Para compensar el coste de estructura más elevado, sería conveniente poder destacar por alguna especialidad única y difícilmente imitable por la competencia, como pueden ser ofertas relacionadas con la nutrición, la gastronomía o un segmento de producto específico para asegurar su viabilidad. Otro avance en auge son iniciativas de comercialización colaborativas de cadena corta y de proximidad y faltará ver cómo evolucionan en el tiempo. En cambio, el canal HORECA se ofrece como oportunidad para aumentar ventas de forma sólida si se trabaja con acuerdos específicos. Ligado a esto, la compra pública debería ser otro pilar para dar salida a las producciones crecientes. Si los gobiernos defienden los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y promocionan unas políticas agrarias más respetuosas con el medio y las zonas rurales, igual que los hábitos saludables de consumo, tendrían que dar ejemplo y tenerlo en cuenta en sus bases de contratación.
En cuanto a los retos principales como sector, cabria generalizar que en la comercialización se persigan los valores de la agricultura ecológica y que a la vez dé respuesta a los grandes retos globales. A nivel individual, esto se traslada a que cada agente (re)defina – ante una situación de mercado tan diversa – su estrategia de comercialización en función de las características de sus producciones y su visión de futuro: local-exportación, cadena corta-larga, individual-cooperativo… Por suerte, no hay una receta única y en cualquier caso, siempre puede ser buena estrategia buscar colaboraciones y alianzas para ser más fuerte y más eficiente como sector y parte de la cadena de valor.
Enfoques nuevos de producción y consumo
Como verdaderas alternativas y modelos de comercialización que promuevan la transformación del modelo económico actual vale la pena mencionar los siguientes que se basan principalmente en modelos colaborativos y un enfoque de sistemas alimentarios locales y de soberanía alimentaria.
Las ecoregiones o biodistritos parten de un modelo de concentración espacial de iniciativas locales o regionales para promover y reforzar la producción y el consumo local y ecológico (Basile, 2019). En cambio, las CSA (Community Shared Agriculture o Agricultura sostenida por la comunidad) corresponden a un modelo de colaboración y compromiso entre productores y consumidores (Henderson, 2007). Los acuerdos entre los agentes pueden ser de tipo financiero, cooperativo, etc. para beneficiar directamente a sus integrantes y hacer viable la actividad agraria.
Otros enfoques a considerar son por ejemplo el Comercio Justo que siempre ha sido el complemento perfecto para los alimentos ecológicos de los países del sur. Actualmente, se está trabajando en cómo incluir criterios sociales también adaptados a un entorno europeo. Y finalmente y como estrategia general se puede señalar el enfoque Organic 3.0, que más que ser un modelo es una visión que forma parte de la estrategia de IFOAM Organics International para facilitar una amplia adopción de sistemas agropecuarios y mercados sostenibles basados en los principios ecológicos e inmersos en una cultura de innovación, de mejora continua hacia las mejores prácticas, la transparencia en la integridad, la colaboración inclusiva, los sistemas holísticos y el precio del verdadero valor (true cost) (IFOAM, 2017).
Conclusiones
La trayectoria de las últimas tres décadas del sector como tal ha sido de crecimiento, de adaptación y de transformación, hecho habitual cuando se va adquiriendo una cierta dimensión fuera de ser sólo un nicho de mercado ignorado, y la previsión es que continúe así también en el ámbito global. En términos de comercialización, se han creado y moldeado diferentes modelos y estructuras ofreciendo una diversidad enorme y que pueda satisfacer las necesidades de la mayoría de productores y consumidores. La dificultad consiste en posicionarse entre las estructuras convencionales y buscar caminos alternativos basados en sistemas, contribuyendo de esta forma a experimentar relaciones comerciales sostenibles en términos ecológicos, sociales y también económicos, capaces de dar respuesta a las emergencias globales



> Referencias bibliográficas
- Basile S, Cuocco. 2019. “Bio-distritos territoriales para potenciar la producción de alimentos ecológicos”. Ae. Revista Agroecológica de Divulgación , no 35.
- FIBL/IFOAM. 2020. The World of Organic Agriculture. Statistics&Emerging Trends 2020
- Henderson E, Van En R. 2007. Sharing the Harvest: A Citizen’s Guide to Community Supported Agriculture.
- IFOAM – Organics International. 2017. Organic 3.0 – for truly sustainable farming and consumption.
- MAPA. 2019. Informe sobre evaluación y caracterización del potencial de contribución de la producción ecologica a la sostenibilidad del medio rural español.
- Roig D. 2019. “La evolución de la cadena de valor del sector ecológico español”, Ae. Revista Agroecológica de Divulgación no 37.
- Salcedo P. 2020. “The Spanish organic market: big changes!”, BioEcoActual, no Trade Edition 2020.
REVISTA AE 39. “Comercialización de productos ecológicos. Diversidad de modelos”.
Primavera 2020.
ISSN: 2172-3117 DL: V-2052-2010