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Grupo de Trabajo de Productoras Eo Alimenta: ¿te unes?

En este artículo se comparten reflexiones y también peticiones y pautas desde el sector agroecológico de la comarca Eo, que pueden ayudar a la coordinación tanto interna como con el resto de eslabones de la cadena agroalimentaria

Venga, vamos a poner todas un poco de nuestra parte…

Los programas de Comedores Escolares Ecológicos no aterrizan en Asturias (no hablemos del resto de comedores colectivos, como hospitales o residencias), no fluyen…

Las productoras tenemos que aprender a coordinarnos y comunicarnos entre nosotras, a vernos como compañeras y no como competencia, a trabajar juntas, ceder, compartir, fortalecer la imagen al exterior limando las diferencias internamente, a anticipar, planificar, arriesgar, insistir, reclamar, empatizar, poner en valor nuestro trabajo, escuchar, celebrar, … fijo que sí, ¡¡claro que sí!! Pero no sólo nosotras, también tienen aprendizajes pendientes las administraciones, las profes, familias, cocineras, alumnado, nutricionistas, secretarias y demás personal implicado tanto a nivel técnico como de consumo, es decir, ¡todas las personas!

Porque si no, no avanzamos, se siguen poniendo parches que tapan bocas un rato, pero que al final suponen medio paso al frente, una pausa y vuelta a retomar desde el principio y …10 años así…y eso lo digo yo (o mejor dicho lo escribo, porque decirlo ya me suena repetitivo), pero si preguntamos a algunos de los referentes míticos del sector ecológico de nuestras comarcas como a Elia, de As Fadegas, Bea (Ecocaracol), Santiago (Pruvia), Antón, de El Cabillón, …y muchas más personas que forman parte de proyectos productivos agroecológicos pioneros en esta “lucha” en Asturias-Galicia, nos dirían que otros 6-7 años atrás (¡y ya iríamos por 17!) también estábamos en el mismo punto… Así que sí, seguimos en bucle, enroscadas en el principio.

Quizás más cansadas, por seguir escuchando promesas que no se cumplen, leyendo propuestas que no pasan del papel, viendo protocolos e intenciones con sellos de todos los colores… pero también con más fuerza, por ser más, más convencidas, contando con más argumentos y evidencias que nos avalan y sirven de escudo para no tener que seguir tratando de convencer a nadie, en un momento con más normativa a nuestro favor, más estudios, más personas, con más, más, y más… pero también con más prisa… ¡Cuánto tiempo se hubiera ahorrado! ¡Ya se hubiera beneficiado alguna generación, si se hubiera escuchado ya en aquella primera batalla!

Y refiriéndome a escuchar y tomar notas desde todos los lados, no tratamos de echar balones fuera, pero bueno, según dicen por ahí nunca es tarde, o sí, quizás lo sea si dejamos que siga pasando el tiempo sin plantar… sin plantar cara ya.

Y es que se han iniciado intentonas, hay experiencias, más o menos exitosas, hay proyectos e ideas con las que rebatirnos, pero nada estable en el tiempo, nada que suponga ni apoyo para las productoras en activo, ni tirón para la puesta en marcha de nuevos proyectos que pueblen y cuiden nuestro medio rural, ni una mejor alimentación de los/as escolares, ni el cumplimiento de casi ninguno de los objetivos (ya con categoría de necesidades, tanto desde el punto de vista ambiental como del social) que siempre vuelven a recordarse y acordarse en todos los encuentros para la planificación de nuevos proyectos sobre “Comedores Escolares Ecológicos”, “Compra Pública Responsable”…  cuando lo responsable no sería sabérselos si no cumplirlos…

Entonces parece que sí, que estamos de acuerdo y que la teoría nos la sabemos (si alguien necesita refrescar memoria puede buscar, que ya está todo escrito). Tocaría empezar ya a analizar honestamente y desde todas las partes los cuellos de botella encontrados, a asumir dificultades, compromisos, realidades. A implementar en todos esos planes márgenes de error a contemplar y además, concedérnoslos. A partir de ahí, definamos pautas realistas y hablemos abierta y claramente de lo que queremos/podemos y de lo que no queremos/podemos desde cada lado, empecemos a trabajar, conscientes de las dimensiones y valores de los proyectos que tenemos/queremos y de que son personas las que los sostienen.

"Tocaría empezar ya a analizar honestamente y desde todas las partes los cuellos de botella encontrados, a asumir dificultades, compromisos, realidades".

Equilibrando, sin irnos muy lejos, ya podemos encontrar ejemplos que ayudan a mantener el tono positivo y la esperanza, como el caso del proyecto “Comedores Escolares Saludables”, del Ayuntamiento de Ames (A Coruña), desarrollado en el 2021, en el que nos encontramos menús diseñados respetando la estacionalidad y disponibilidad del producto local para la alimentación de sus escolares durante todos los días del curso, contando con la implicación de diversos agentes sociales (familias, personal de cocina, personal propio del Ayuntamiento…) y de cuya memoria se extraen algunas conclusiones finales tales como:

Trabajemos a la par, sabiendo que no va a salir perfecto a la primera, que no vamos a cumplir de mano, démonos un margen de error de 1 curso, 2, respetemos tiempos, para coger los ritmos que necesitamos como personas y los ciclos que marca la naturaleza, para poder aprender, adaptarnos, sumar nuevos proyectos, …paulatinamente, no hay que pasar de nada a todo …hay que empezar.

Sabemos que no vamos a completar los primeros, ni segundos, ni terceros pedidos, (como también sabemos que se nos van a seguir pidiendo verduras fuera de temporada, estéticas artificiales, precios injustos, …) no nos castiguemos, empecemos con cultivos que controlamos, o sólo con 1-2 menús semanales, escuchemos a las productoras y sus fincas, compartámoslo con potenciales productoras, …Tenemos que coordinarnos, organizarnos, sabemos que ninguna va a abandonar a sus grupos de consumo, mercados, ni a sus fieles y convencidas consumidoras, ni a complicarse más, eso ya lo sabemos, pues hay que partir de que tiene que ser algo que sume, que ilusione, que no nos vuelva a abandonar por el camino….

Por todo ello, creemos que es urgente arrancar compartiendo y ajustando necesidades, motivaciones, condiciones, sentires… Y para ello, desde el grupo de trabajo de productoras en el marco de Eo Alimenta (y a punto de consolidarnos como asociación), vamos a dar un primer paso expresando las nuestras. Esperando que la iniciativa pueda tener efecto tractor para animar a los demás sectores a reflexionar y compartir sobre las suyas. Ofreciéndonos a apoyar en el proceso y ceder en las conclusiones, porque tenemos claro que el fin es común y que además merece la pena. Para que tenga incidencia política y social debe haber colaboración mutua, todas las partes debemos implicarnos de manera activa.

Vamos a verlo juntas, para potenciar lo que nos une, lo aprendido, lo que funciona, lo que importa, celebrar que la corriente va a nuestro favor. Sin ataques desde dentro, sumando fuerzas para ser una grande y no muchas pequeñas, trabajando de manera coherente con nuestra convicción ecológica, frenando esa que a veces se pierde por los miles de kilómetros de camino, o la que se esconde bajo el disfraz de “sostenible”, “verde”, “saludable”, “como el de la abuela”…

Visibilizando y poniendo en valor los proyectos locales que con mucho esfuerzo producen alimentos, pero también economía para sus pueblos, salud para sus tierras y sus gentes, que transmiten esas formas de hacer a los/as peques tan importantes como próximas generaciones a seguir cuidando el planeta.

Desde el sector productivo agroecológico necesitamos dejar de sentir que todo se queda en pataletas y reivindicaciones caprichosas o a nivel individual, necesitamos asentar un paso en firme para recargarnos, pero asumimos responsabilidades, ya aprendimos que el primer paso es organizarnos entre nosotras, es la vertebración de nuestro sector y que eso está en nuestras manos.

Desde el sector productivo agroecológico necesitamos dejar de sentir que todo se queda en pataletas y reivindicaciones caprichosas o a nivel individual, necesitamos asentar un paso en firme para recargarnos, pero asumimos responsabilidades, ya aprendimos que el primer paso es organizarnos entre nosotras, es la vertebración de nuestro sector y que eso está en nuestras manos. Toca diseñar medidas y compromisos realistas, medibles, viables y flexibles. Pero también aprendimos que aún no se entienden las particularidades del sector productivo (estacionalidad, ciclos vegetativos, …), que no avanzaremos mientras se sigan tratando los alimentos como mercancía fabricada en industrias, que sigue siendo necesario mucha labor pedagógica y de sensibilización, pero que también hay que poner condiciones. No podemos cubrir las necesidades de las administraciones sin margen/libertad económica, de decisión, opinión… encorsetadas en sus tiempos, presupuestos, modelos, criterios y giros repentinos.

Para que sea sostenible en el tiempo hay que empezar a contemplar el cuidado de los recursos del entorno y de las personas (el componente social es base y condición inseparable del modelo agroecológico), alcanzar equilibrio incluyendo también nuestras necesidades y condiciones y repartir responsabilidades. El personal técnico también tiene que implicarse, como las productoras tienen que producir, para aflojar carga burocrática, colaborando a su vez a dignificar su trabajo, no abusando de su creencia e ilusión por lo que hacen (afán, militancia) que acaba normalizando interminables jornadas de trabajo, la exigencia de multiplicarse para hacer y sin mínimo fallo todo tipo de tareas o el percibir bajos ingresos, algo muy común entre los proyectos productivos agroecológicos de nuestra región y que también debe asumirse como una responsabilidad de todas, para que nadie se caiga por el camino.

Y no tendríamos que estar pidiendo poder tener voz en esto… la Estrategia Europea De la Granja a la Mesa marca como objetivo alcanzar el 25% de la superficie cultivada en ecológico, nosotras ya estamos cultivando nuestras tierras en ecológico, algo tendremos que contar y opinar, podremos ya ir dejando de tener que rogar para que se nos escuche, teniendo que gritar más y más alto que las demás por venir ya convencidas de la importancia de cuidar los suelos y a las personas, del peligro de usar productos tóxicos o de las consecuencias de que los alimentos recorran distancias de miles de kilómetros hasta sus consumidoras. Pues como dice Daniel López (IEGD-CSIC), hay que pasar ya de la Agroecología Política a las Políticas Agroecológicas, para no tener que ir a contracorriente ni sufrir los impedimentos hacia la sostenibilidad que imponen las propias políticas alimentarias (y metiendo de paso cuña: dejemos de permitir un uso tan a la ligera del término “sostenible”).

6 requisitos del sector productivo agroecológico local

Partiendo de todas estas reflexiones y de las cuestiones que, tal y como venimos observando, han venido entorpeciendo de manera general la continuidad de algunos de los diversos proyectos piloto iniciados, desde el sector agroecológico de nuestra comarca (Eo), a continuación compartimos una serie de peticiones/necesidades/ideales/pautas que creemos nos puedan ayudar a coordinarnos tanto internamente como con el resto de eslabones de la cadena (responsables de diseño/elaboración de menús, de compras y de cocina de los centros escolares locales, …) que de verdad quieran cuidar a su alumnado también a través de la alimentación. A las que además reiteramos la invitación para animarse a compartir y aunar las suyas y el ofrecimiento a trasladarnos cualquier propuesta, consulta o requerimiento de apoyo que necesiten para ello, con el objetivo de conocernos, entendernos y contribuir a la puesta en marcha, por fin, de una colaboración mutua que ya urge y que resultaría beneficiosa para todas. Con el compromiso de llevar a cabo un trabajo posterior de análisis y contraste de lo recogido, que concluya con el diseño y puesta en común de las pautas de actuación (incluyendo cronograma e indicadores de seguimiento).

Así pues, rescatamos estos aprendizajes y los traducimos en 6 requisitos del sector productivo agroecológico local:

1.- COMPROMISO/RESPONSABILIDAD (estabilidad, continuidad, garantía de poder planificar a medio-largo plazo)

2.- PREVISIÓN (antelación, considerar márgenes de producción, anticipar calendario escolar, composición de menús, abanico cantidades)

3.- COHERENCIA (estacionalidad, propiedades nutricionales-organolépticas Vs aspectos estéticos/tamaño, prevención pérdidas y desperdicio alimentario, aunar criterios y prioridades)

4.- FLEXIBILIDAD (incorporar variedades locales, posibilidad de intercambio cultivos similares desde el punto de vista culinario, complementar entre productoras, disposición a probar e innovar)

5.- CONFIANZA (precios justos, co-organizar logística, jornadas, calendario encuentros, contactos, seguimiento y evaluación, refuerzo formativo, comunicación bidireccional)

6.- APOYO MUTUO (refuerzo formación/sensibilización, campañas colaboración, difusión, elaboración platos variados, cuidados y atractivos, actividades conjuntas, visibilizar diferencia ecológico/local)

Todo ello acompañado de una dosis de actitud, disposición y escucha activa.

Seguramente nos encontraremos con listados coincidentes en varios puntos y que esperemos sirvan para crear base para diseño y temporalización de una primera fase de puesta en marcha/proyecto piloto/ prueba ensayo-error (con una duración mínima de un curso escolar) durante la cual se llevaría a cabo, paralelamente, una jornada de recogida, sistematización, análisis/contraste y elaboración de plan de implementación de mejoras y/o medidas correctoras, a desarrollar de nuevo contando con todas las partes implicadas, y que seguro más pronto que tarde pueda derivar en una experiencia a asentar y replicar en nuestros coles.

Este grupo de trabajo de Eo Alimenta está abierto a nuevas ideas y personas con ganas de sumar… ¿te unes?

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