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La nutrición sostenible en los suelos agrarios. Análisis del Real Decreto 1051/2022

Este artículo analiza el recientemente aprobado Real Decreto que establece normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios: un marco general básico que permita disminuir el impacto ambiental de la aplicación en los suelos agrarios de productos fertilizantes y otras fuentes de nutrientes o materia orgánica.
María Dolores Raigón
Instituto de Conservación y Mejora de la Agrobiodiversidad Valenciana/Departamento de Química. Universitat Politècnica de Valencia.

Publicado en la Revista Ae edición nº50, sobre “Cuidar el suelo es cuidar nuestra alimentación”

Los suelos agrarios, en general, han sufrido las consecuencias del abuso de los fertilizantes químicos de síntesis, que ha ocasionado la emisión de gases de efecto invernadero y otros gases contaminantes, en especial de amoniaco, contaminación de las aguas subterráneas y superficiales, principalmente por nitratos, destrucción de la biodiversidad del suelo y acumulación de metales pesados, entre otros. Para implantar acciones remediadoras sobre estos efectos y de acuerdo a algunos de los cumplimientos del Pacto Verde Europeo, el 29 de diciembre de 2022 se publica en España, el “Real Decreto 1051/2022, de 27 de diciembre, por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios”.

El Real Decreto se incluye en el conjunto de estrategias con fines ambientalistas entre las que se encuentra una referida a la fertilización y el buen estado agronómico de los suelos. Establece como meta para 2030 reducir al menos a la mitad las pérdidas de nutrientes, sin deteriorar la fertilidad del suelo, lo que reduciría el uso de fertilizantes en al menos un 20 % hasta 2030.

Este marco general, de aplicación en todo el territorio español, tiene como objetivo mantener y aumentar la capacidad de los suelos agrarios como sumideros de carbono (conseguir la neutralidad climática), fomentar la adaptación y mayor resiliencia a los impactos del cambio climático, ajustar el aporte de nitrógeno a las necesidades del cultivo, preservar y mejorar las propiedades biológicas de los suelos agrarios, potenciando su manejo como «suelos vivos», evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en los suelos agrarios, y preservar la biodiversidad ligada a los suelos agrarios. De esta manera, se contribuye a la implantación de un sistema alimentario más sostenible, que produzca alimentos suficientes y variados, a precios asequibles y que sea rentable para las personas agricultoras.

Además, establece unas normas básicas para fertilizar racionalmente los cultivos, a través de unas buenas prácticas agrícolas mínimas que se deberán tener en cuenta al aplicar los nutrientes en los suelos agrarios, mediante la creación de la sección de fertilizantes en el cuaderno de explotación y la información mínima que se debe incorporar en el mismo. El real decreto se aplicará a todas las actividades agrícolas y forestales que aporten de forma directa o indirecta nutrientes al suelo o que modifiquen las propiedades y características físicas, químicas o biológicas del suelo. A efectos de este real decreto, los ámbitos agrarios comprenden la producción primaria agrícola y las plantaciones forestales de crecimiento rápido.

Abono verde con facelia y habas forrajeras. Foto: Quentin Sengers.

OBJETIVOS A LARGO PLAZO

Entre los objetivos a largo plazo está prever un marco de acción que permita mantener o aumentar la productividad de los suelos agrarios, a la vez que se disminuye el impacto ambiental y climático de la aplicación en los suelos de productos fertilizantes y otras fuentes de nutrientes o materia orgánica. En particular, se pretende conseguir de forma especial, aunque no exclusivamente, los siguientes objetivos:

a) Gestionar de manera sostenible la nutrición de los cultivos.
b) Incrementar de forma sostenible la producción agroalimentaria.
c) Mantener o incrementar, en su caso, la materia orgánica de los suelos agrarios.
d) Luchar contra el cambio climático, incluyendo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de la capacidad de sumidero de carbono de los suelos agrarios y una mayor resiliencia de éstos a los impactos del cambio climático.
e) Reducir emisiones de otros gases contaminantes, en especial el amoniaco.
f) Evitar la contaminación de las aguas, de forma particular prevenir y reducir la contaminación de aguas superficiales continentales, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas subterráneas, causada por los nitratos de origen agrario y actuar preventivamente contra nuevas contaminaciones de esta clase.
g) Preservar y mejorar las condiciones de las especies que integran la biodiversidad edáfica autóctona de los suelos agrarios, asegurando que sigan proporcionando sus servicios de descomposición de la materia orgánica y contribución al ciclo de nutrientes, aportación y conservación de la estructura del suelo, disponibilidad de agua y control de plagas y enfermedades, entre otros.
h) Evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes en los suelos agrarios.
i) Preservar la biodiversidad ligada a los suelos agrarios.

Uno de los objetivos del Real Decreto es la preservación de la fauna edáfica que contribuye a mejorar las propiedades hídricas y la estructura de los suelos, a la vez que facilita la descomposición de la materia orgánica para su mejor asimilación por las plantas. Foto: Mireia Coscollà.

PLAN DE ABONADO

El plan de abonado deberá tener como objetivo, aumentar o, al menos, mantener el contenido de materia orgánica del suelo ya sea mediante aporte de enmiendas orgánicas o el establecimiento de sistemas de producción que redunden en esta característica del suelo, priorizando el uso de fertilizantes orgánicos. En caso de compartir explotaciones ganaderas y explotación agrícola o forestal, se priorizará el uso del estiércol propio para la fertilización, ajustando las dosis de los diferentes nutrientes, en particular de nitrógeno y fósforo, a las necesidades de los cultivos y a los contenidos en estos nutrientes de los estiércoles. El plan de abonado debe incluir datos del suelo de las diferentes parcelas o, al menos, de una parcela representativa por cada hoja de cultivo. Los datos se referirán, al menos, a los valores de los contenidos en materia orgánica, nutrientes y, en su caso, contaminantes del suelo.

CUADERNO DE EXPLOTACIÓN

El real decreto establece la creación de la sección de fertilizantes en el cuaderno de explotación y la información mínima que los agricultores deben incorporar al cuaderno de explotación en materia de aporte de nutrientes a los suelos agrarios. Entre algunas de las buenas prácticas propuestas, se impulsará que las personas agricultoras anoten en el cuaderno de explotación la fecha de inicio del apilamiento de estiércol, productos fertilizantes orgánicos y otros materiales de origen orgánico.

> Referencias bibliográficas

REVISTA AE 50. “Cuidar el suelo es cuidar nuestra alimentación”.

INVIERNO 2023.

ISSN: 2172-3117  DL: V-2052-2010

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