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ANÁLISIS Ae 36: “Comedores escolares para potenciar la agroecología”

Comedores escolares para potenciar la agroecología

montse escutia avs

Autoría: Montse Escutia [1]

La alimentación, su calidad y su modelo, está en el centro del debate y los comedores escolares no son ajenos a ello. Ya hace tiempo que algunas familias se están movilizando y cada vez son más los centros escolares que empiezan a ponerse las pilas. Las AMPAS han sido las grandes responsables de que muchos se planteen introducir alimentos ecológicos en el menú escolar. Los niños y niñas realizan en la escuela 5 de las principales comidas de la semana durante unos años decisivos para su desarrollo y la composición del menú tiene un peso importante.

Los centros pioneros han tenido que luchar contra numerosos obstáculos. Reticencias tanto por parte de los equipos directivos como de las propias familias que no tienen claro la respuesta de sus hijos/as frente a menús en los que se priorizan las verduras, los cereales y las legumbres frente a la carne y el pescado. Porque un menú sostenible también implica un cambio de modelo en la dieta que reduzca considerablemente el consumo de carne.

Las administraciones tampoco lo han puesto fácil. Por un lado, limitando el precio máximo al que se puede pagar un menú y por otro, dando prioridad al aspecto económico en los concursos públicos de concesión de la gestión de los comedores escolares. Se construyen escuelas en las que ya no hay cocinas y se ponen muchas trabas para que las que la tienen la puedan conservar. Así encontramos menús elaborados a partir de materias primas de dudosa calidad, producidos en cocinas industriales situadas a miles de km de donde se van a consumir.

Del Campo al Cole, (en el Punto de Mirade esta edición), inició su trayectoria analizando la situación de los comedores escolares en España. De ese análisis publicaron, junto con otras entidades, un devastador informe que mostraba la opacidad y la insostenibilidad del sistema. Y a partir de ello están llevando a cabo una gran labor tanto de denuncia como de propuestas alternativas para que los comedores escolares sean sostenibles y saludables. Cada vez hay más público en sus jornadas, muchas familias preocupadas por la alimentación en la escuela.

Pero ¿se trata simplemente de introducir alimentos ecológicos en el menú escolar? Aunque algunos centros se limitan a ello para dar respuesta a la inquietud de los padres y madres, la mayoría apuestan por aprovechar el comedor como un espacio más para educar a los consumidores del futuro. Cambiar la dieta, comer más verduras y frutas, de temporada, de proximidad, compostar los restos de la cocina, aprovechar para el comedor lo que cultivamos en el huerto escolar… muchas acciones que sirven para impregnar desde la infancia un nuevo modelo.

Un indicador del interés que despierta este tema son las jornadas sobre comedores escolares ecológicos organizadas anualmente por el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña en BioCultura de Barcelona. En la última edición se introdujo por 1ª vez el concepto de agroecología escolar ligada al comedor a través de la experiencia de Mariona Espinet, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UAB, y German Llerena, técnico de medio ambiente del Ayuntamiento de Sant Cugat. Uno de los centros de esta localidad, la escuela Pi d’en Xandri, ha empezado a consumir los productos de la huerta que le traen payeses de la zona, algunos ex-alumnos. Marisa Cera Ubach de Paidos-Fundesplai, entidad que gestiona el comedor, explicó durante la jornada cómo la relación social entre los productores y las cocineras había ayudado a superar las dificultades que supone adaptar un menú escolar al consumo de temporada y a la disponibilidad de ingredientes ligada a la realidad del campo.

Porque de eso se trata. No simplemente sustituir unos alimentos por otros en su versión ecológica. El comedor escolar puede ser un motor de cambio y ayudar a mantener la agricultura de proximidad. Ofrecer a los agricultores de la zona una oportunidad de vender sus productos de manera regular y a un precio justo. Ayudar a establecer lazos entre productores y familias a través de lo que comen sus hijos/as en la escuela. Los centros escolares como motores de la agroecología.


[1]  Asociación Vida Sana. Revista Ae edición 36: “Comedores Escolares Ecológicos. Un cambio hacia la agroecología”.

 

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