Los ecosistemas agrarios se han quedado fuera del posicionamiento del Parlamento Europeo (PE) respecto a la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN), es decir, la naturaleza de nuestros campos. Son aspectos importantes que no pretenden conservar o restaurar la naturaleza, y además garantizar la seguridad alimentaria.

Hablamos de que se eliminan objetivos de mejoras de las poblaciones de aves agrarias (en fuerte declive) o de mariposas de pastizales, de aumento del stock de carbono orgánico en suelos cultivados o de la importancia de zonas agrarias con alta diversidad de paisaje, junto con la necesidad de preservar a los insectos polinizadores que están hoy en alarmante retroceso. Además, desaparecen los artículos referentes a la restauración de turberas, los ecosistemas que mayor stock de carbono almacenan, mucho más que los bosques, y que son joyas de biodiversidad.
La propuesta de LRN pretende rehabilitar al menos el 20% de los ecosistemas degradados de Europa de aquí a 2030, es decir, su objetivo es sentar las bases para recuperar una naturaleza que nos permita hacer frente a la crisis climática, las sequías, los incendios, la pérdida de biodiversidad y garantizar el futuro. Tras duros debates, presiones de diferentes sectores, como el lobby agrario e incluso campañas de bulos y falsedades sobre posibles repercusiones de la ley, la propuesta de ley fue aprobada en el PE el pasado 12 de julio. Una gran noticia para la biodiversidad europea, abre la posibilidad de que la naturaleza europea tenga, por 1ª en la historia, una protección real blindada por ley y con objetivos vinculantes para su restauración.
Aunque la propuesta del PE ha quedado muy debilitada, no deja de ser su posicionamiento, aún quedan las negociaciones en los trílogos, donde las posturas de la Comisión Europea y del Consejo de la UE, sobre todo, tendrán su peso.
Desde Global Nature estamos alerta a estas negociaciones porque una de las cuestiones que el PE ha dejado fuera de su propuesta ha sido el artículo 9, que incluía una serie de propuestas, en nuestra opinión viables, sobre la restauración en ecosistemas agrarios. Y no es casualidad que haya sido así, pues han sido algunos representantes del sector agrario quienes han incidido para que algunos grupos políticos votaran en contra. Su visión es cortoplacista porque esta ley podría ser una gran oportunidad para el sector agrario en Europa y con más impacto en España.
Añadimos en esta línea que el Parlamento, en su posicionamiento, limita la restauración de hábitats terrestres y los objetivos de no deterioro, exclusivamente a la Red Natura 2000. Es de nuevo una forma de limitar la restauración, pero no olvidemos que la naturaleza no entiende de fronteras. Pongamos el ejemplo de los humedales, muchos de ellos están fuera de RN2000, ¿deberíamos evitar su deterioro?
Pero, ¿qué importancia tiene esta biodiversidad para el sector agrario? Desde Global Nature creemos que sin biodiversidad no habrá seguridad alimentaria. Tras más de 30 años trabajando por la sostenibilidad agraria con agricultores, ganaderos, empresas, asociaciones y cooperativas del sector, incidimos en el aviso de la ciencia (más de 6000 científicos europeos han apoyado la propuesta de ley). Muchos componentes clave de la biodiversidad para la alimentación y la agricultura a nivel genético, de especies y de ecosistemas están en declive. Desde razas ganaderas, pasando por variedades de cultivos o diversidad vegetal hasta amenazas sobre especies que contribuyen a servicios vitales, como polinizadores, enemigos naturales de las plagas u organismos del suelo están desapareciendo como consecuencia de la destrucción y degradación de sus hábitats. Y además, ecosistemas clave como los humedales también se están destruyendo, y con ellos disminuyen rápidamente los numerosos servicios esenciales que prestan tanto para la alimentación como para la agricultura, desde el suministro de agua dulce, a la protección frente a peligros y la provisión de hábitats para especies como peces y polinizadores.
¿Por qué estamos perdiendo una gran oportunidad si los ecosistemas agrarios se quedan fuera de la LRN?
No olvidemos que España no es un país muy competitivo en determinadas producciones, nuestro clima mediterráneo hace que nuestros rendimientos en sistemas en secano no sean los más elevados, sin embargo, España es un punto caliente de biodiversidad. Podemos presumir de ello, ¿por qué no sacarle provecho? Mecanismos como una comercialización diferenciadora que dé valor a la conservación de la biodiversidad en los sistemas agrarios son viables y rentables. Más allá de la cantidad, el consumidor europeo demanda calidad, e implícito en esta calidad está la conservación de la biodiversidad. Tenemos elevadas poblaciones de insectos polinizadores, una flora arvense de lo más variada y especies de aves que dependen de ecosistemas agrarios que están en serio peligro de extinción. Y el 50% de nuestra biodiversidad depende de ecosistemas agrarios. Por poner un ejemplo, conservar polinizadores es prioritario para el sector y estas poblaciones están seriamente amenazadas en Europa, más del 40% de las especies de polinizadores, según informes globales están en serio declive; y sin polinizadores no hay seguridad alimentaria.
No olvidemos, asimismo, que diferentes estudios han estimado que por cada euro de inversión en la restauración de la naturaleza, habrá un retorno de entre 8 y 38€ gracias a los servicios ecosistémicos que provee la naturaleza. Es más, se generarán nuevos empleos, además de la seguridad alimentaria a la que tanto han apelado los lobbies agrarios.
¿Qué más necesitamos para entender la necesidad de mantener objetivos para ecosistemas agrarios en la futura ley de restauración de naturaleza? Una vez más: escuchemos a la ciencia.
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Fotografía FGN: Tierra-de-Campos_Bruno-Duran