La agricultura ecológica, para mí como profesional, es el futuro. Por ejemplo, la cuestión de los disruptores endocrinos se ha llevado a la Comisión Europea, mientras la industria minimiza el tema. Este tema nos cuesta millones porque está causando un efecto sobre la salud. Si eso se valorara, el costo-beneficio, entonces les merecería la pena invertir en agricultura ecológica.
Y como ciudadano y ciudadana, hemos de tomar decisiones racionales sobre lo que comemos y bebemos, por nosotras y por el medio ambiente. Por eso abogo por una agricultura de proximidad, con productos de proximidad y ecológicos.