Hemos conseguido poner en el foco nuestra problemática y nuestro trabajo. Porque lo que no se conoce es como si no existiera. Se han conseguido derechos para las trabajadores/as (que se respeten días libres, que cobren…) simplemente con la denuncia pública en redes sociales, prensa o incluso llamando por teléfono al encargado.
Y también, el hecho de conformarnos como colectivo nos ha traído una gran cantidad de apoyo: hemos hecho conexiones (encuentros, formaciones) con la gente de Almería (manipulado) y la de Lleida (plataforma de la fruta) o redes de apoyo con otros colectivos como las Kellys o los compañeros africanos; también hemos trabajado con colectivos sociales y religiosos para el aspecto social (personas vulnerables que todavía está más al margen) o con sanitarios, que nos echan un cable para informar de sus derechos a las mujeres que se ponen enfermas o para ayudarnos si hay problemas. Y por último, estamos consiguiendo que, aunque es complicado en ciertos pueblos, se creen redes solidarias, con vecinos y vecinas. Se han volcado y llevamos toda la pandemia llevando comida y ropa a los asentamientos.
Esto son victorias y es lo que nos hace seguir adelante y demuestra que el camino es éste: autoorganización desde las bases y denuncia pública con el apoyo de toda la gente que tenemos ahora mismo.