Será la proximidad a la gran manzana. Será la motivación de quien emprende y quiere hacerlo lo mejor posible. Serán las condiciones “medio favorables”… o más bien, será el esfuerzo y el empeño por dar vida a la agroecología a través de una iniciativa de policultivo de hortalizas ecológicas que en poco más de 2ha, acoge 35 especies distintas y numerosas variedades de cada una. Y además, da trabajo estable a 5 personas, equivalente a 5 familias habitando el medio rural y a muchas otras alimentadas de manera saludable a través de la cesta domiciliada de frutas y verduras (semanal, quincenal, mensual o a demanda) pedida, fácilmente, por un carrito online.
O quizás sean todos esos factores juntos, en conjunto, lo que compone Tómate La Huerta (TLH), un proyecto agroecológico de producción, comercialización – y también sensibilización – a orillas del río Jarama (Vega Alta), zona de especial protección para las aves y más o menos a 70 km de Madrid. El impulso fue por parte de Simón, madrileño e Ingeniero Agrónomo, que descubrió la huerta “experimentando, gracias a un amigo que tenía una en Ciempozuelos” y, por supuesto, a sus ganas de seguir aprendiendo sobre agricultura ecológica, “algo que apenas vemos durante la carrera”. Y ese impulso vino también por parte de Natalia, su colega de barrio, que estudió Magisterio de Educación Especial pero sabía “que no quería ser maestra al uso” y que entre sus propósitos, estaba “migrar al campo”. Fue una confluencia de dos, “que cuadraba, y decidimos tirarnos a la piscina y tomar el relevo de otros 2 chicos que tenían arrendada esta huerta”. Y desde 2015, ahí siguen, dando vida al pueblo, con este proyecto que “hace por repoblar y fijar población en el medio rural e intenta que la gente que ha venido a través de TLH se quede, no solo por el medio sino por la calidad de vida”.
Precisamente Vanessa cuenta cómo, desde que entró en 2021, TLH “me ha dado una oportunidad de vida con mis dos niñas y también de trabajo. Creo que la Agroecología transforma la vida de las personas, sobre todo en zonas donde hay un problema de relevo generacional y las tierras se abandonan. La Agroecología es una solución para poder perpetuar la vida de la zona”. Y añade: “desde la visión técnica, valoro la importancia de este proyecto en una zona de agricultura secano. Somos una pequeña isla de biodiversidad rodeada de explotaciones de cereal”.
Su modelo de policultivo de hortalizas les permite “tener verduras y hortalizas de temporada todo el año, una oferta amplia a nuestros clientes, que no tienen que buscar alternativa y que hace sostenible el proyecto”. Además del carrito online – a consumidores/as individuales y grupos de consumo-, también hacen venta directa en los mercados del Ayuntamiento de Madrid. Y para poder optar a dar una buena oferta a “restauración, supermercados cooperativas y pequeñas tiendas, hace 3 años que nos unimos a la Unión de Huertas Agroecológicas de Madrid (UHAM), con la idea de ofrecer un abanico amplio de producción propia y unos precios más competitivos. Es un proceso que va pasito a pasito pero sí está funcionando”, comenta Natalia.
Su afán por seguir avanzando les ha llevado a continuar aprendiendo de otro tipo de agriculturas “más allá de lo que es el sello ecológico” y “descubrir otras opciones a lo ancho de este mundo”. Simón cuenta que, por ejemplo, “estuvimos en un curso de agricultura regenerativa porque vimos que la manera de tratar el suelo es más acorde a cómo queremos hacerlo, manteniendo mucho más tiempo la propia vegetación de la zona o cultivando abonos verdes”. Y valorando otras posibilidades, les ha llevado a organizar un curso en dos tandas: de Agricultura Sintrópica (con Tierra Negra, de México, en mayo 2023) y de Agroforestería (próximamente). El objetivo es “crear una isla de biodiversidad en un suelo poco fértil. Con estas personas vamos a aprender, a probar manejos, a sacar todos los datos posibles y ver si sale o no, porque su experiencia puede ser extrapolable a TLH”.
Otra de las piezas clave de TLH es Juanjo, encargado de la gestión de pedidos y cuando, no está en ello, “estoy en la huerta”. Para Juanjo, “vivir en el pueblo es una maravilla. De algún modo no podríamos vivir aquí si no tuviéramos esta fuente de ingresos”. Pero lo que más le llena, igual que al resto del equipo es que desde Tómate La Huerta “estamos aportando un granito de arena, dando vidilla al tejido empresarial y social, y además, cuidando el planeta a través de la agricultura ecológica. Si la salud del planeta está bien, la nuestra también. Solo aportando granitos de arena como los de THL podremos hacer montaña”.
REVISTA AE 51. “no hay agroecología sin producción ecológica”.
Primavera 2023
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