Luis Lascorz recuerda con nostalgia cuando siendo un niño ya ayudaba a sus padres y abuelos en el cuidado de animales y otras labores del campo. A los 23 años tomó las riendas de la finca para dedicarse exclusivamente a la actividad ganadera y agrícola mientras su familia restauraba unas antiguas cuadras situadas en el casco antiguo de su pueblo natal, Aínsa (Huesca), para convertirlas en su propio restaurante. Hoy en día y tras más de un cuarto de siglo, el restaurante “Casa Fes” (también carnicería) sigue sirviendo ricos manjares: carne de su propia ganadería, de raza autóctona, y otros productos ecológicos de variedades tradicionales de la zona.
“Aínsa es un pueblo precioso y también muy turístico. Pero en esta comarca, la del Sobrarbe, hay muy poca población y poca agricultura. La tendencia es tener fincas de vacuno de más de 100 vacas o de ovino entre 500 y 1200 ovejas. Y sólo hay cinco productores que han apostado por la producción ecológica certificada”. Luis tiene actualmente (2017) una explotación de 78 vacas, de ciclo cerrado, con 67 ha de forrajes y 35 ha de pastos-eriales, cuya producción es aprovechada íntegramente por sus animales.
Pasó poco más de dos años en conversión a ecológico para certificar su carne de vacuno y ahora, está a la espera de recibir la certificación para su producción de manzanas ecológicas. Mientras tanto, trabaja en nuevas estrategias que le permitan vender directamente “el 100% de la producción puesto que actualmente estoy al 60%. Quiero ofrecer mi carne ecológica certificada a través de la página web de mi carnicería y tener también ese canal de venta online”.
Y aquí está su tienda: https://www.carniceriafesainsa.com/tienda/
Este ganadero sacrifica sus animales con menos de un año de edad en el matadero municipal de Aínsa, a 2 km de su finca. “Para sacrificar el vacuno en ecológico, los mataderos más cercanos están a 65 y 120 km, un estrés para el animal que no favorece a la calidad. Por eso se ha solicitado la homologación para sacrificar en ecológico en este matadero y posiblemente este otoño ya podremos matar y certificar en ecológico”.
Opina que “la disponibilidad de piensos ecológicos es bastante escasa en el mercado y las fábricas de pienso están muy distantes… de hecho, en Huesca no hay. Por eso me lancé también con la alimentación de los terneros, con paja y cereal, aprovechando que ya llevaba años sin utilizar pesticidas ni abonos químicos en mis tierras”.
Si pensamos en zonas de montaña y zonas aisladas, Luis confía en que “la producción ecológica tendrá mayor oportunidad de crecimiento ya que la agricultura intensiva ha tenido menor incidencia”. Además, “producir en ecológico no es solo una gran motivación por los principios agroecológicos, sino que también hoy en día representa una oportunidad de éxito”. Eso sí, apunta que “apostar por la producción ecológica es también un compromiso porque la rentabilidad económica puede ser escasa, pero a cambio, te llena de dignidad y conciencia”. Y completa: “ahora estoy muy satisfecho conmigo mismo”. Su mayor beneficio dice es “la satisfacción de poder ofrecer alimentos a los consumidores de los que puedo dar absoluta confianza de su naturalidad y ecología”.
Luis está además muy comprometido con varias asociaciones que defienden y promocionan tanto la ganadería como la agricultura de la comarca del Sobrarbe, entre ellas la Asociación “Un Paso Atrás”, que defiende y promociona las variedades y razas autóctonas. Destaca un proyecto piloto en el que participa desde hace 4 años que apuesta por el cultivo del manzano en altura, la producción de frutos rojos, frutos secos y la hortícolas locales en pequeñas fincas de producción agroecológicas.
También colabora desde 1981 en la recuperación de la raza Pirenaica en Aragón “que estuvo en peligro de extinción, y hoy preside la Asociación Aragonesa de Ganaderos de Bovinos de Raza Pirenaica (ASAPI)”. Luis está muy contento con una de sus iniciativas en la que “promocionan el consumo de ternera de raza pirenaica de circuito corto, km 0, de mínima huella de carbono y que sus despojos de matadero sirven para alimentar aves necrófagas como el quebrantahuesos”.
Para finalizar, Luis quiere resaltar que “la verdadera fuerza de la producción ecológica reside en nuestras decisiones sobre el consumo. El conocimiento y la tecnología también avanzan y ofrecen soluciones para la alimentación mundial, no les demos la espalda.” ■
REVISTA Ae 29.
“ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO CON PRÁCTICAS AGROECOLÓGICAS”
ISSN: 2172-3117 DL: V-2052-2010