Como en todas las webs, utilizamos cookies para que tu experiencia y nuestro servicio sea de tu agrado (de acuerdo a sus hábitos de navegación).

Si pulsas ACEPTAR o sigues navegando, se considera que aceptas el uso de estas cookies. Y si quieres más información visita nuestra página de política de cookies .

Gestión del riego y micorrización en cultivos hortícolas

El artículo recoge los resultados de este proyecto piloto planteado para racionalizar el uso de agua en los cultivos hortícolas intensivos (convencionales y ecológicos) combinando estrategias innovadoras de reducción de riego junto a la aplicación de organismos benéficos.
Borja Camí [1] , Carme Biel, Amèlia Camprubí, Nuria Agustí, Cristina Castañé, Jordi Riudavets, Cinta Calvet [2]
[1] Arreu Acompanyament Agroecològic; [2] IRTA Protección Vegetal Sostenible

En los últimos años hemos avanzado en una gestión más sostenible de la tierra de labor, con modelos o propuestas diferentes que coinciden en que debemos conocer y fomentar la biodiversidad microbiana, además de la fauna útil que regula las plagas. El manejo eficiente del agua y la fertilización tiene repercusiones ambientales y económicas, junto con una microbiología del suelo equilibrada, que fomenta la infiltración y retención del agua mejorando la absorción por parte de la planta.

En estado natural, el 90% de las especies vegetales están micorrizadas . Entre las especies cultivadas en horticultura, solo las crucíferas y las quenopodiáceas no se micorrizan. Las endomicorrizas arbusculares establecen una asociación mutualista o de simbiosis con las plantas, el micelio del hongo dentro de la raíz forma los arbúsculos, estructuras funcionales donde se produce el intercambio de agua y nutrientes hacia la planta, mientras que el hongo absorbe los carbohidratos. Las plantas micorrizadas aumentan la superficie de exploración y absorción radicular, son más eficientes en el uso del agua y de los nutrientes, están más protegidas de la entrada de patógenos y contribuyen a mejorar la estructura y la red trófica del suelo.

En este proyecto piloto liderado por Agrícola Maresme y Semillas Fitó, se planteó racionalizar el uso de agua en cultivos hortícolas intensivos combinando estrategias innovadoras de reducción de riego junto con la aplicación de organismos benéficos. Los ensayos se han llevado a cabo en cultivos comerciales de tomate en invernadero (no ecológico), controlando la aportación de agua con sensores de humedad en el suelo y aplicando hongos formadores de micorrizas arbusculares. Se han evaluado sistemas de aplicación de micorrizas en el momento de la plantación, el uso de semillas pildorizadas con inóculo micorrícico, combinados con regímenes de riego deficitarios, y se ha hecho un seguimiento de la abundancia y el establecimiento de enemigos naturales de las plagas. A continuación, se resumen las actividades del proyecto.

Producción de Glomus intraradices s.l. (Rhizoglomus irregularis BEG 72)

En simbiosis con plantas de puerro (Allium porrum L.), se han producido 100 litros de inóculo del hongo formador de micorrizas, en el Centro de Cabrils del IRTA. La producción se ha realizado en invernadero utilizando vermiculita como sustrato, con un ciclo de crecimiento de nueve meses. Una vez comprobada la colonización micorrícica de las raíces, las plantas se dejaban secar para obtener inóculos ricos en propágulos micorrícicos, con más de 1.000 esporas por gramo, que se han utilizado para inocular plantas de tomate en los ensayos del proyecto, tanto en semillero como directamente en las plantaciones.

Producción de planta de tomate micorrizada a partir de semillas encapsuladas con inóculo

La encapsulación de semillas con inóculo micorrícico es una innovación para su aplicación. Semillas Fitó suministró semillas de la variedad Monterosa pildorizadas con 4 dosis de inóculo micorrícico BEG 72 (AEGIS, Atens): 1 g, 1,5 g, 2 g y 3 g de inoculante por gramo de semilla; el cálculo aproximado del número de esporas en cada semilla se estimó en 7,1; 10,6; 14 y 21 esporas por semilla, respectivamente. Se utilizaron tres sustratos para hacer semilleros alveolados: vermiculita de grado 3, suelo arenoso autoclavado (120°C, 1 hora) y una mezcla de turba-perlita (1:1; v/v).

Los resultados del peso seco de las plántulas indicaron que los semilleros de turba-perlita eran los más indicados para la producción de plantel con semilla pildorizada en las plantaciones de 2020 y, con la evaluación de la colonización micorrícica de las raíces, alrededor del 20%, se comprobó que la semilla pildorizada con inóculo dosificado del mismo hongo produce planta micorrizada de tomate cuando se siembra en semillero.

Evaluación del sistema de inoculación en campo, en cultivo de tomate en invernadero sobre suelo

Se realizó una plantación en mayo de 2020, con plantel de semilla pildorizada y también con inoculación micorrícica directa en el momento de plantar. En este cultivo sobre suelo, los dos tratamientos con micorrizas aumentaron sensiblemente la producción respecto al control no inoculado, obteniéndose la mayor producción con el plantel de semilla pildorizada en el periodo de cosecha del 20 de julio al 3 de septiembre (Figura 1).

La inoculación de micorrizas mejoró el aprovechamiento del agua, con las plantas micorrizadas en el momento de plantar (BEG 72) y las plantas obtenidas de semilla pildorizada. Se observó un efecto positivo más acusado, cuando el riego era deficitario (Tabla 1).

Figura 1 (arriba). Producción de tomate en función del sistema de inoculación
BEG = en el momento de la plantación.
Pildorizada = semilla + inóculo.
Control = no micorrizada.
Los valores son medias de 3 repeticiones (bloques de 6 plantas).

Tabla 1 (dcha). Productividad del agua en cultivo de tomate en kg/m3 según el sistema de inoculación y el trata- miento de riego.

Optimización del riego en cultivo de tomate mediante el seguimiento del contenido de agua del suelo y la aplicación de micorrizas

Se hicieron dos ensayos en 2019 y 2020 en cultivo de tomate en el mismo invernadero de Agrícola Maresme, con plantaciones de mediados de febrero y mediados de marzo, respectivamente. Se aplicaron tres tipos de riego: Finca, calculado quincenalmente según la evapotranspiración potencial (ETo) de la estación agroclimática de Cabrils; Óptimo, según la evapotranspiración del cultivo (Etc = ETo x Kc) y el contenido volumétrico del agua en el suelo (sondas (GSM3, Decagon, Pullman, USA) a 20 y 40 cm y Deficitario, aplicando el 25% de la dosis del tratamiento óptimo. Para cada tipo de riego, se hizo una inoculación con micorrizas a una dosis de 40 g de inóculo por planta (BEG72 obtenido en el IRTA) y aplicado en el momento del trasplante.

Agua aportada y producción

En 2019, la cantidad total de agua en un ciclo de cultivo de 16 semanas fue de 693 L/m² en plantas no micorrizadas (No Mico), 566 L/m² en plantas micorrizadas (Mico) y 648 L/m² en el riego Finca. >> En el tratamiento Micorriza se mantuvo el mismo nivel de humedad del suelo con un riego reducido. Los datos de producción y de número de frutos no mostraron diferencias significativas entre tratamientos. La producción fue entre 10.52 y 11.67 kg/m² (Figura 2). En este ensayo, la productividad del agua fue mayor con el riego controlado por sensores y planta micorrizada (Tabla 2).

En 2020, la cantidad total de agua en un ciclo de cultivo de 18 semanas fue de 438 L/m² en riego Óptimo, 364 L/m² en riego Deficitario y 460 L/m² en riego habitual de la Finca. La producción mostró diferencias significativas en el factor riego entre el tratamiento deficitario y los otros dos (óptimo y finca) (Figura 3). La micorrización tuvo un efecto muy positivo cuando se aplicó riego deficitario, incrementando la producción de manera significativa. En este ensayo, la productividad del agua fue mayor con riego deficitario y planta micorrizada, aunque las plantas micorrizadas siempre obtuvieron una mayor eficiencia (Tabla 3).
Los resultados muestran que el riego gestionado con sensores de humedad combinado con la micorrización es una alternativa a considerar para conseguir un ahorro de agua.

Potencial micorrícico del suelo

El bioensayo previo a la plantación de 2019 permitió observar que el suelo tenía un potencial micorrícico nulo. En cambio, cuando se estableció la plantación en 2020 en el mismo invernadero, el potencial micorrícico del suelo se estimó en 11.4 propágulos micorrícicos en 100 ml de suelo. Los resultados indican que la aplicación de un inóculo micorrícico de calidad permite que los propágulos de estos hongos beneficiosos se mantengan en el suelo después de un primer cultivo, una vez arrancadas las plantas.

Seguimiento de míridos en cultivo de tomate

En ensayos realizados con un olfactómetro el mírido Macrolophus pygmaeus prefiere las plantas micorrizadas a las que no lo están. Además, las hembras hacen una puesta mayor y, por tanto, tienen una descendencia más abundante, en las plantas micorrizadas. En los ensayos de campo, la presencia de micorrizas y un riego más abundante parece haber influido en la atracción de los adultos de M. pygmaeus (Figura 4). Contrariamente, el otro mírido presente, Nesidiocoris tenuis, originario de zonas más cálidas y secas, se ve favorecido por un déficit de riego y la ausencia de micorrizas.

La tendencia que se aprecia es de una mayor abundancia de Macrolophus pygmaeus con riego óptimo y plantas micorrizadas, mientras que aumenta la presencia de Nesidiocoris tenuis con menos riego y plantas no micorrizadas.

Aplicación de micorrizas en fincas ecológicas y grado de micorrización

Paralelamente a los ensayos, se inocularon micorrizas en dos fincas ecológicas en periodo de reconversión, con formulados de Rhizoglomus irregularis BEG72 y Funneliformis mosseae BEG234 (Atens).
En el Baix Llobregat (Cataluña), en tomate injertado de invernadero en plantación de febrero, con fertilización orgánica de compost y granulado, se aplicó Asir Horto Bio en formato pastilla que se entierra junto con el plantel. En mitad del invernadero, había un abono verde de mostaza enterrado unas semanas antes de la plantación. En julio, la colonización de las raíces fue muy baja, de un 2-3%, en la parte con abono en verde y la otra en que no se había aplicado. El nivel de fósforo era muy elevado con 193 mg/kg (P Olsen) y la M.O del 1,53%.

En Castejón de Ebro (Navarra), en cultivo extensivo al aire libre de tomate de industria y pimiento lamuyo en plantación de mayo, con fertilización orgánica de fondo de compost y granulado, se aplicó vía riego Aegis Sym Irriga a los 10 días de la plantación. La colonización micorrícica en agosto fue muy positiva, del 21% en tomate y 34% en pimiento. No hubo un testigo sin tratar, para poder comparar con la posible colonización natural. Aunque según el análisis de suelo en la parcela de tomate el nivel de fósforo es demasiado elevado, con 143 mg/kg (P Olsen), y la M.O es de 3,9%, y en pimiento el fósforo es demasiado elevado con 76 mg/kg y la M.O de 3,2%.

Conclusiones

El encapsulamiento de las semillas con organismos benéficos se perfila como un sistema práctico porque facilita la incorporación del inóculo y la siembra mecánica. Los resultados indican que la pildorización de semillas con inoculantes que contienen esporas del hongo micorrícico permite la micorrización de las plantas, y una vez puesta a punto será una alternativa para la inoculación en los primeros estadios de crecimiento.

Los resultados obtenidos en cultivo de tomate sobre suelo indican que un régimen de riego deficitario combinado con la micorrización es una alternativa a considerar para conseguir un ahorro de agua y nutrientes significativo, manteniendo la producción de tomate y mejorando la calidad microbiológica del suelo, sin interferir con la presencia del mírido depredador Macrolophus pygmaeus.
Se ha evidenciado la incompatibilidad entre el abonado mineral intensivo y la micorrización, que explicaría el nivel irregular de colonización micorrícica en fincas con niveles de nutrientes minerales demasiado altos, especialmente el fósforo, y en ausencia de un nivel óptimo de materia orgánica.

También te gustará...