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“Cuando un cole quiere menús ecológicos tiene que descubrir qué es la temporalidad”

Raíña es un ecosistema, que cuida a las personas, al entorno y al medio ambiente

Dicen que el futuro pertenece a esa gente que cree en la belleza de sus sueños. Raquel es una de ellas. Y Víctor, Ángel, Angélica, Manuel… y muchas más personas que con su “sueño colectivo” han hecho posible Raíña, una asociación sin ánimo de lucro creada para generar oportunidades laborales en el entorno rural y que lo consigue a través de la agricultura ecológica (AE) y la agroecología.

“Todo empezó en una finca cedida por Víctor. Tod@s éramos del entorno rural pero con un perfil profesional distinto y sin relación alguna con la huerta”. Pero se pusieron manos a la tierra, a cultivar. Fue una 1ª etapa difícil; contrataron a una persona que tuvo que marchar. Y también llegó el invierno, clima difícil para cultivar. “Pero apareció otra persona que nos regaló un invernadero, un paso muy importante que nos permitió contratar a alguien para todo el año (no solo a temporadas) y generar estabilidad laboral”.

Y lo mejor estaba por llegar: “cuando comenzamos a contar el sueño, la gente de la comarca empezó a cedernos (gratuitamente) sus tierras abandonadas. Hacemos un contrato de medio-largo plazo, las trabajamos y así, las ponemos en valor. Todas están incorporadas al CRAEGA (desde 2015)”. Y añade Raquel: “Nos siguen dejando tierras pero las vamos incorporando a medida que podemos gestionarlas. No debemos correr más de lo que podemos”. A día de hoy son 6 personas contratadas y además, Raíña gestiona la Escuela de AE de Vilasantar, la 1ª de Galicia. “Estaba parada. Sacaron un concurso público y sólo nos presentamos nosotros. A partir de esa escuela, tenemos 3 patas más que nos permiten generar recursos: 

1) La propia escuela que estamos intentando recuperar organizando cursos;

2) El ocio agroecológico recibiendo visitas de familias y personas que quieren quedarse en el albergue de la escuela (26 plazas) y

3) los campamentos y visitas escolares durante todo el año”. No son una granja-escuela al uso sino que involucran a los/as estudiantes en su día a día y, por ejemplo, las personas que imparten los talleres son las que llevan la huerta.

Productores ecológicos para comedores escolares.
Cuando empezaron a comercializar llevaban todo a entidades benéficas, “por nuestra filosofía. Pero teníamos que hacer el proyecto sostenible”. Comenzaron a a servir a un cole cercano. “Pensamos que si ese colegio era público y compraba, más coles podrían comprar. Indagamos y la sorpresa fue que había una asociación, ALEGA (Asociación de Labregos Ecoloxicos de Galicia, creada dos meses antes) que tenía como fin fundacional abastecer a comedores colectivos, principalmente escolares”. Derivaban del proyecto piloto del Plan Alimentario de la Reserva de la Biosfera de As Mariñas e Terras do Mandeo, que tiene como una de sus actuaciones fomentar el consumo de productos ecológicos en los colegios.

“A partir de ahí, los propios productores decidieron que querían producir para eso. Nos metimos a ALEGA y ahora somos 4 socios. Es así como podemos garantizar el suministro a los colegios”, que ya son 12 centros (entre públicos, privados y escuelas infantiles), con comedores de 60 a más de 400 comensales.

La producción para comedores tiene varios factores de mucha importancia. Uno es la planificación de los cultivos. Raquel explica que “planificamos nuestra huerta en función a la temporada escolar. Ahora estamos plantando la coliflor, el brécol, la zanahoria… que se comerán en septiembre, octubre…”. Para plantear esta planificación, poco a poco han montado grupos de trabajo que involucran desde personal de cocina, personal de dirección y algunas AMPAS. “A final de curso vemos junt@s la estimación de consumo y producto para el año que viene. Y ahí es cuando por ejemplo, podemos introducir nuevos cultivos a demanda de los coles y retirar aquellos que no consumen”. Cuenta que el 1er año no había un ajuste entre la oferta y la demanda pero “cada vez la sincronización es mejor”.


Otro de los factores es la temporalidad: “cuando un cole entra en este proyecto tiene que descubrir qué es la temporalidad y dejar de pedir tomates en diciembre. Es algo complejo y estamos haciendo fuerza ahí: en invierno no hay tomates pero hay repollo, coliflor… Los mayores logros y los más difíciles están en algo tan sencillo como la temporalidad”. De hecho, uno de los compromisos de la mesa de trabajo fue asumir la temporalidad y eso se traduce en algo muy concreto: menús abiertos (por ejemplo, poner crema de verduras y no concretar en una). “Hay centros que lo hacen pero ahora estamos trabajando con la Xunta de Galicia para que aborde ya ese cambio”.
En definitiva, como dice Raquel, “Raíña es un ecosistema, que cuida a las personas, al entorno y al medio ambiente”. Aquello que comenzó como un sueño, es hoy una realidad.

REVISTA AE 36. “Comedores escolares ecológicos”.

VERANO 2019.

 

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ISSN: 2172-3117  DL: V-2052-2010

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